La palabra vitrocerámica hace referencia al material del que está hecha esta placa: cerámica vitrificada. Un material bastante sensible que se debe tratar con cuidado, porque de lo contrario, pronto terminará rallada y sin brillo. Para cuidarla correctamente, se debe limpiar la vitrocerámica siguiendo ciertas pautas que no sólo no la dañen, sino que también la protejan.
Muchas personas creen que limpian correctamente su vitrocerámica pero en realidad cometen errores que, aunque a simple vista no parecen graves, con el paso del tiempo hacen que la vitrocerámica se estropee y dure menos años de los que querríamos.
¿Y tú qué crees? ¿Estás limpiando correctamente tu placa vitrocerámica? Pronto lo descubrirás.
1. Limpiar la vitrocerámica cuando aún está caliente. ¿Correcto o incorrecto?
Incorrecto. Ciertamente, hay que limpiar la vitrocerámica cuanto antes para evitar que la suciedad se endurezca demasiado y quede adherida. Pero no tan rápido como para que la vitrocerámica esté caliente.
Hay que esperar a que se enfríe, primero para evitar que te quemes, pero también por el bien de la vitrocerámica. Cuando la vitro aún está caliente y le echamos encima agua con jabón o un producto limpiador especial para vitrocerámica, la parte líquida del producto se evapora casi de inmediato. Así, no le damos tiempo al producto a hacer su función y además podemos dejar manchas.
2. Utilizar el mismo estropajo que se usa para lavar los platos. ¿Correcto o incorrecto?
Depende. Si es un estropajo de doble cara, y solo utilizas la parte suave para limpiar la vitro, lo podemos dar por bueno. Pero es incorrecto utilizar la banda áspera del estropajo, y todavía más cualquier otro tipo de estropajo fuerte como las nanas de acero.
3. Aplicar agua con jabón antes de utilizar el producto limpiador para vitrocerámica. ¿Correcto o incorrecto?
¡Correcto! Lo mejor es empezar retirando la suciedad más importante con agua y un jabón suave.
El limpiador vitro sirve para terminar de eliminar la suciedad rebelde, los restos de aceite que no se han ido y, sobre todo, para crear una capa protectora en la vitrocerámica que ayuda a su recuperación y a su correcto mantenimiento y le aporta el brillo final. Pero no podrá realizar correctamente su función si antes no hemos retirado la mayor parte de la suciedad con agua y jabón.
4. Utilizar productos abrasivos como limpiahornos o quitagrasas en lugar del limpiador de vitrocerámicas. ¿Correcto o incorrecto?
Totalmente incorrecto. Es muy importante que sobre la vitrocerámica solo echemos agua con jabón y el limpiador específico para vitrocerámica. Evita cualquier otro tipo de producto, incluso los naturales, que pueden resultar excesivamente ácidos o abrasivos y terminar robándole el brillo y la protección a la vitrocerámica.
5. Terminar secando la vitrocerámica con un papel absorbente. ¿Correcto o incorrecto?
¡Correcto! El papel absorbente elimina los restos de producto que pudieran haber quedado, dejando la vitrocerámica totalmente seca, limpia y súper brillante.
6. Aplicar el limpiador para vitro sólo una vez a la semana, o incluso menos. ¿Correcto o incorrecto?
Incorrecto, en caso que cocines a diario. Lo ideal es aplicarlo siempre que has utilizado la vitrocerámica, a no ser que realmente no hayas manchado nada. Pero si ha salpicado aceite o han caído alimentos, es muy importante limpiar la vitrocerámica a fondo, no solo con agua y jabón, sino también con el producto especial para la vitro.
La protección que ofrece el limpiador especial para vitrocerámica se debe ir renovando a cada lavado para que sus efectos perduren. Si solo lo aplicamos de vez en cuando, estamos dejando la vitrocerámica desprotegida la mayor parte del tiempo.
7. Los únicos limpiadores de vitrocerámica buenos son los que anuncian por la tele. ¿Correcto o Incorrecto?
Incorrecto. Las marcas que anuncian por la tele probablemente funcionan genial. Pero eso no significa que otros productos fabricados especialmente para vitrocerámica no vayan a funcionar bien.
Por ejemplo, el limpiador Vitro de Monestir nada tiene que envidiarle a otros más conocidos. La calidad de sus ingredientes y la eficacia de la formulación hacen que sea un producto ideal, tanto para vitrocerámicas como para placas de inducción. Y a un precio muy económico en relación a su calidad, algo que siempre es de agradecer. Además, nos gusta especialmente que sea un producto tipo espuma, ya que se aplica más fácilmente que otros más espesos y pringosos.
Su aplicación es muy sencilla. Se debe pulverizar sobre la placa vitrocerámica y dejarlo actuar unos minutos si hay manchas muy incrustadas. Luego, bastará con frotar suavemente con la bayeta o una esponja suave y secarlo con papel absorbente.
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