Con un toque de pintura puedes transformar el espacio y hacer que luzca muy diferente. Pero antes de lanzarte “manos a la obra”, es necesario pensar bien qué zona quieres pintar y qué efecto deseas provocar.
Ten en cuenta que los colores generan emociones y que cada espacio tiene su función. Por ejemplo, si deseas propiciar un ambiente alegre y distendido, puedes elegir algún color intenso y vibrante y combinarlo con otros más neutros. En cambio, si deseas que ese espacio favorezca estados de serenidad y calma, lo mejor es utilizar colores tenues o pastel.
Colores, emociones y estilo
Si quieres darle un toque minimalista a tu hogar deberás elegir colores neutros y combinarlos con muebles de un tono también neutro. El toque de color se lo darán los detalles decorativos: cojines, cuadros o figuras.
Para los que desean un estilo más juvenil y estimulante, pueden elegir tonos vibrantes como el amarillo, verde, azul o naranja. Eso sí, en este caso no conviene abusar del color, siempre se debe combinar con tonos neutros para no recargar demasiado la estancia. Piensa qué pared quieres que destaque y píntala con un tono intenso, manteniendo las demás paredes con un tono neutro. Procura también que el color elegido combine correctamente con tus muebles.
Generalmente, cuando se apuesta por utilizar dos tonos de color en un mismo espacio, uno de ellos debe ser un tono neutro y claro, como el marfil suave o el color piedra, que deberán crear armonía con el resto de muebles, cortinas y elementos decorativos y así permitirán que el color intenso, como el magenta, el verde manzana o el marrón tostado, aporte profundidad y destaque sin resultar excesivo.
En cambio, si deseas pintar todas las paredes del mismo color, lo más adecuado es elegir un tono suave que no sea demasiado abrumador. Por ejemplo, los tonos pastel como el color malva o el azul nube pueden aportar mucha luminosidad y crear un espacio romántico y tranquilo.
¿Qué pintura elegir?
Te recomendamos la pintura pástica mate Ovaldine Montó, una marca en la que confiamos mucho ya que ofrece una variedad de tonos muy elegantes y de gran calidad. Se trata de una pintura plástica mate, ideal para las paredes del hogar: apenas huele, se seca rápidamente y se lava muy bien.
Planifica la cantidad de pintura que vas a necesitar:
Deberás hacer un sencillo cálculo: mide la superficie de la pared que vas a pintar: metros de alto por metros de ancho. Si esa pared tiene ventanas o puertas, mídelas y resta el resultado. Ten en cuenta que para un buen acabado es necesario aplicar dos capas, así que multiplica el resultado por dos. Por ejemplo, si la superficie a pintar es de 15 m2 habiendo restado ventanas y puertas, al aplicar una segunda capa tendrías una superficie de 30 m2 a cubrir.
Después debes mirar el rendimiento de la pintura elegida. La pintura plástica Mate Ovaldine Montó tiene un rendimiento de 7-11 m2 por cada kg de pintura, es decir que con cada kilo de pintura podrás pintar una superfície de unos 7-11 m2.
Es recomendable que te sobre un poco de pintura por si en el futuro debes volver a pintar alguna zona, así que no apures con la cantidad.
Prepara la zona a pintar
Retira los muebles y protege el suelo. También deberás proteger todas las esquinas, techos, zócalos e interruptores con cinta de pintor, ajustándote lo más que puedas al borde para conseguir un acabado perfecto.
Revisa el estado de las paredes a pintar. Si hay grietas o agujeros es el momento perfecto para taparlas. Para ello, utiliza masilla y cuando se haya secado, repasa con una lija suave.
Ahora sí, a pintar
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Elije un rodillo de calidad. Nosotros te recomendamos el rodillo acrílico Antigota de 22 cm, el más aconsejable para usar en el hogar.
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Remueve la pintura hasta ver que el color y la textura se han homogeneizado.
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Con una brocha pequeña perfila todos los bordes de la pared, así como los bordes de las puertas, ventanas e interruptores.
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Una vez terminados los bordes, es momento de utilizar el rodillo. Mójalo en la pintura uniformemente, y escúrrelo muy bien sobre la rejilla hasta asegurarte que no gotea.
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Realiza pasadas verticales para luego intercalar también pasadas en diagonal. De esta manera te aseguras que la pintura se extiende bien y no dejas marcas.
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Espera unas horas, según lo que indica el fabricante, y repite el proceso: pinta los bordes con un pincel y utiliza el rodillo para el resto de pared.
Errores frecuentes al utilizar el rodillo
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Cargar con demasiada pintura el rodillo: Si haces esto, además de mancharlo todo con las gotas de pintura y las salpicaduras, incluso tu ropa y tu pelo, estarás desperdiciando pintura y quizás no la estés repartiendo uniformemente. Procura no sumergir completamente el rodillo dentro de la pintura, sino solo la parte exterior, y después asegúrate de escurrir bien el rodillo.
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No cargar con suficiente pintura el rodillo: Si temes quedarte sin pintura quizás cometerás este error, cargar poco el rodillo para que no se te acabe. Sin embargo, hacer esto puede provocar un acabado imperfecto, con zonas menos pintadas que transparentarán el fondo. Si necesitas alargar la pintura es preferible añadir algo más de agua, aunque lo mejor, como decíamos antes, es comprar pintura suficiente para no tener este problema.
Ya lo sabes todo sobre cómo pintar las paredes de tu hogar con colores que armonicen el espacio y con la calidad de un profesional. ¿No te están entrando ganas de empezar ahora mismo?
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