La pintura Wabi-Sabi es ideal si quieres decorar alguna pared de tu hogar con un aspecto original a la vez que sencillo. Esta pintura a la cal de aspecto irregular te permite honrar la belleza de lo imperfecto, y desde esa aceptación te invita a disfrutar de los detalles más sutiles.
Sí, nos hemos puesto muy filosóficos, pero no podía ser menos tratándose de la pintura con efecto Wabi-Sabi de Montó.
De hecho, Wabi-Sabi es un concepto japonés fundamental dentro de los ideales de belleza de este país. Una expresión tan profunda que resulta imposible traducirla con exactitud, pero que describe su manera de disfrutar de una vida sencilla y relajada, de encontrar la belleza en lo simple, de vivir los cambios desde la aceptación y de celebrar el paso del tiempo e incluso el desgaste que eso supone.
Si conectas con este estilo de vida, entonces la pintura Wabi-Sabi es para ti. Una pintura a la cal, de acabado mate y aspecto imperfecto ligeramente envejecido gracias a su textura irregular.
Imagen de MontoBricoLovers.com
La elegancia y originalidad de esta pintura es innegable, y le da ese toque especial a cualquier estancia, haciendo que los detalles a su alrededor luzcan todavía más.
Tienes esta pintura en dos tonalidades de gris distintas: una más clara, como la que ves en la imagen, y otra más oscura. En ambos casos su aplicación es muy sencilla, como verás a continuación.
Cómo aplicar la pintura Wabi Sabi para un acabado perfecto
Esta pintura está especialmente indicada para paredes interiores, ya sean de cemento, de yeso, de hormigón o morteros de cal.
Como siempre, antes de aplicar la pintura nos aseguraremos que la pared no tiene rastro de polvo y aplicaremos los elementos de protección para no manchar el suelo, los enchufes u otros elementos.
Procedemos entonces a preparar las herramientas de pintura.
En este caso, como la pintura wabi-sabi se aplica dando ligeros toques irregulares, recomendamos utilizar una brocha paletina para pátinas.
La primera mano de pintura se debe dar bastante diluida, entre un 25% y un 50% de agua. Mezcla bien y aplica la pintura dando ligeros toques entrecruzados. Realiza movimientos zigzagueantes con la muñeca: unos más largos, otros más cortos, unos más gruesos, otros más finos... permitiendo que la imperfección aparezca naturalmente.
Imagina, mientras pintas, que representas el movimiento de las hojas al caer del árbol, o el ritmo de las nubes mientras avanzan antes de que estalle la tormenta. A veces el viento sopla más fuerte, otras veces cambia de dirección, y esos movimientos orgánicos son los que se muestran a través de la pintura. Como ves, este momento puede convertirse en una verdadera experiencia zen!
La segunda mano de pintura se dará cuando la primera esté completamente seca. En este caso la dilución con agua será menor, de un 5% a un 10% aproximadamente. Realiza el mismo proceso: movimientos zigzagueantes y orgánicos. Aunque al principio te parezca que esas marcas entrecruzadas se ven demasiado, cuando la pintura se seque el efecto se verá precioso.
En el siguiente vídeo puedes ver cómo se aplica la pintura Wabi-Sabi y el resultado que se obtiene:
Con la pintura Wabi Sabi lograrás crear un espacio que conecta con tu manera de ser y que luce perfecto sin necesidad de recargarlo con demasiados objetos. Todo lo contrario: un mueble sencillo, una lámpara y, por qué no, un cuadro o un jarrón con flores secas. Eso será suficiente para que tu estancia vibre en sintonía con la vida misma.
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