Las antigüedades de metal tienen un encanto que cada vez gana más adeptos. Esos objetos de orfebrería, cubertería y bisutería antiguos son espectaculares. Pero claro, la oxidación de todos estos objetos hace que no luzcan como lo hicieron en su día.
Además si no se tratan, los objetos de metal seguirán deteriorándose. Por eso, es muy importante restaurar las antigüedades de metal oxidadas.
Las posibilidades son infinitas. Puedes restaurar el metal oxidado de cualquier objeto que sea valioso para ti: las llaves oxidadas de la casa de los abuelos, la máquina de coser de la familia que permaneció en el desván durante más de 40 años, la bicicleta que llevaba tu padre cuando era joven y que ahora espera convertirse en un objeto decorativo lleno de recuerdos, la caja de herramientas del abuelo con la que se ganó la vida durante tantos años…
Ya sea por el apego emocional que le tenemos a la pieza o por el simple gusto de restaurar objetos de metal antiguos, vale la pena tratarlos como lo que son: verdaderas obras de arte que merecen una segunda oportunidad.
Sin embargo, antes de descubrir los mejores productos para tratar metales oxidados, es importante diferenciar los dos grandes grupos de metales. Esto es porque, dependiendo del tipo de metal que sea, el tratamiento para quitar el óxido será distinto.
Los metales ferrosos están hechos de hierro, ya sea en su totalidad o en parte. En cambio, los metales no ferrosos no contienen hierro. Es el caso de la plata, el cobre, el latón, el bronce o el estaño.
En general, a simple vista podemos difrenciarlos porque el óxido de los metales ferrosos tiene tonalidades naranjas, y en cambio, el óxido de los metales no ferrosos tiene un aspecto que va desde el grisáceo hasta el azulado.
En este artículo hablaremos de la restauración de antigüedades de metal oxidadas de materiales no ferrosos.
Te interesará si lo que necesitas es restaurar cubiertos de plata antiguos, eliminar el óxido de objetos de bronce, restaurar cobre en mal estado, mejorar el aspecto de piezas de latón antiguas… Si es tu caso, sigue leyendo, porque vamos a presentarte los mejores productos para su restauración y protección.
En cambio, si la antigüedad de metal que deseas restaurar es de metal férreo, te recomendamos que utilices los productos para reparar el óxido del hierro, tal y como te contamos en este artículo.
1. Pulidor de metales Lakeone
El Pulidor de metales Lakeone tiene textura de crema y está compuesto por disolventes, partículas abrasivas microscópicas y jabón en gel. Esta mezcla es idónea para eliminar la suciedad acumulada en metales como el cromo, la plata, el latón, el bronce, y, en definitiva, en cualquier metal no ferroso.
Sus partículas pulen el metal sin arañarlo, dejándolo suave y brillante.
Es ideal para restaurar antigüedades de metal que no se ven oxidadas, pero que con el tiempo han tomado una tonalidad oscura y sin brillo. Es lo que suele ocurrir en cubertería antigua, lámparas, orfebrería, e incluso en los metales que conforman los muebles antiguos.
Este producto deja los metales antiguos como nuevos, los abrillanta y los hace rejuvenecer. Lo mejor es que funciona igual de bien ya sea plata antigua, cobre, latón o cualquier otro metal no ferroso.
Su aplicación es muy sencilla y te permitirá devolver el lustre a los metales de una forma muy sencilla. Aplica una pequeña cantidad del pulidor de metales en una muñeca de algodón y frota el objeto de metal hasta sacarle brillo. Se aconseja aclarar con agua, especialmente si se trata de cubiertos u otros objetos que servirán para manipular alimentos.
En caso de objetos que sean de uso exclusivamente ornamental, se aconseja terminar aplicando un barniz protector de metales, del que te hablaremos más adelante.
2. Desoxidante de metales Lakeone
El Desoxidante de metales Lakeone es más fuerte que el producto anterior. Por ello es más adecuado en objetos de metal antiguos y oxidados cuyo aspecto está muy desmejorado.
En este caso, se trata de un producto líquido que contiene ácido mineral y surfatantes. Esta composición es idónea para eliminar el óxido del metal de color verdoso, azulado y grisáceo como ocurre en el cobre, la plata, el latón, el estaño o el bronce.
Es muy habitual que esto ocurra en llaves antiguas, cajas de herramientas y otros objetos que han permanecido durante mucho tiempo a la intemperie o en espacios húmedos.
Para aplicarlo, necesitarás humedecer el producto desoxidante en lana de acero 000 y frotar el objeto de metal, insistiendo especialmente en las zonas más oxidadas. Para terminar, debes aclarar con agua y jabón y dejarlo secar completamente.
Para terminar, es recomendable darle una capa de barniz protector de metales, como te contaremos a continuación.
3. Barniz protector de metales Lakeone
El Barniz protector de metales se presenta en forma de spray. Se adhiere al objeto metálico y le ofrece una resistencia completa frente a los arañazos, protección contra el óxido, roces e inclemencias atmosféricas. De hecho, sirve como protector tanto para interiores como para exteriores.
Igual que los anteriores productos, el barniz protector de metales está especialmente indicado para los metales decorativos como el cobre, el bronce, el estaño, el latón, etc.
Este producto es de terminación, así que previamente conviene haber tratado el metal con el desoxidante o el pulidor, y asegurarse de que el objeto a barnizar está totalmente limpio y seco. Se trata de un barniz acrílico, incoloro y sin brillo, por lo que la protección es totalmente invisible.
Al ser un barniz en spray, la aplicación debe realizarse en un lugar sin corrientes de aire y sin calor excesivo. Tras agitar el producto, se aplica a una distancia de unos 25 centímetros realizando movimientos verticales hasta cubrir con un ligero velo toda la superficie.
Con estos tres productos, podrás recuperar esos objetos antiguos de metal que tanto te gustan, incluso si están muy oxidados.
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